Lecciones del Camino de Santiago Para un Gerente
El éxito es un viaje, no un destino. Muchas veces, el hacer el viaje es más importante que el resultado.
Generalmente hablo de estrategia, pero hace poco pasé siete días peregrinando en el Camino de Santiago de Compostela y aprendí cinco lecciones muy simples que quería compartir con los lectores:
1. No pierdas de vista la meta. En la oficina, en el trabajo, en la vida misma, el nivel de complejidad hace que uno se enfoque en lo que está haciendo y, muchas veces, se olvida de por qué lo está haciendo. En el Camino, el tema es más simple y más directo. La meta es la Catedral de Santiago de Compostela. El dolor, la lluvia, el calor, el frío, el hambre, la sed; todos se resuelven con un solo objetivo en mente: llegar a la Catedral de Santiago de Compostela. En el trabajo, y en la vida, tenemos que aprender a regresar a lo básico. ¿Todo lo que estoy haciendo, para qué es? ¿Es para incrementar la utilidad de la empresa? Recuerda siempre eso en cada uno de las pequeñas tareas que hacer para completar tu trabajo y piensa si lo que está haciendo realmente aporta.
2. Escucha a los demás, pero decide tú. En el Camino te encuentras con muchos peregrinos. Todos tiene una historia. Todos tienen un método para hacer el camino de la mejor manera y todos tienen consejos. Escúchalos, entiéndelos, préstales atención. Su información es invaluable y enriquecerá tu decisión de cómo hacerlo. Pero al final del día, eres tu quien tiene que decidir cuál es la mejor forma. Tú conoces tus fortalezas y debilidades y la capacidad de tu cuerpo para soportar el trajín del Camino. Solo tú puedes tomar la decisión correcta. Lo mismo sucede en el trabajo. Escucha a tus colaboradores, entiende sus consejos y enriquece tu decisión con su sapiencia y experiencia. Hazlos participes de la decisión tomando en consideración a sus argumentos, pero al final, la responsabilidad está sobre tus hombros y la decisión la debes tomar tú.
3. Espera lo mejor, pero prepárate para lo peor. Considerando que más de 200,000 personas hicieron el Camino en el 2013 y que es una ruta turística conocida, es común que algunos peregrinos se confíen y piensen que el Camino es fácil. También están los que creen que, porque hacen el Camino en el verano, no deben preocuparse del clima. Muchos de estos han tenido que aprender su lección a la fuerza. El Camino no es fácil y el clima de Galicia es cualquier cosa menos predecible (en mi caso nos llovió a cantaros casi todos los días del Camino). Entrené para el Camino de Santiago de la misma forma que entrené para el trek de Huayhuash (una caminata a más de 4,000 msnm) y no me arrepiento porque necesité de cada onza de ese entrenamiento en los siete días que caminé. En negocios es igual. Espera lo mejor, pero tienes que estar listo para hacer los ajustes que sean necesarios en el tiempo para hacer que el negocio camine.
4. Recuerda por qué lo haces. No creo que haya un solo peregrino en el Camino de Santiago que no esté caminando por algo. Ya sea por la salud de un familiar o en memoria de algún familiar, o por cualquier otro motivo. La meta es la Catedral de Santiago, pero siempre recuerda que lo haces por la salud del hijo de un amigo, o de tu padre, o de tu madre, etc. El Camino es bello, pero difícil, requiere de un gran esfuerzo tanto físico como psicológico y de tiempo. El trabajo es igual. Siempre busca un trabajo que te agrade, pero entiende que no vives para trabajar si no que trabajas para vivir. Me gusta mi trabajo, adoro lo que hago todos los días, pero he aprendido que trabajo para mantener a mi familia y que mi familia es mi razón. Suena simple, pero es más complicado de lo que parece. El decir que mi familia es mi razón significa que busco los tiempos para estar con mi familia y que, después de cierta hora, apago el celular y dejo de revisar los correos electrónicos. Significa que busco eficiencia en mi trabajo y no me quedo hasta altas horas de la noche para mostrar mi compromiso con la empresa si no que busco hacerlo a través de buenos resultados sin erosionar el tiempo que puedo pasar con mi esposa y mis hijos.
5. Disfruta el Camino. Hay un dicho que dice que el gusto no está en el destino si no en el camino. El Camino de Santiago es precioso y Galicia, justamente por tener un clima tan lluvioso, ofrece unas vistas espectaculares y unos bosques dignos de asombro. Luego de varios días caminando 20 kilómetros diarios con una mochila en la espalda, a uno le empiezan a doler las piernas. Es fácil el enfocarse en el caminar y no fijarse en el camino para tratar de sobreponerse al dolor del esfuerzo. Afortunadamente, caminé con mi esposa que me hizo parar constantemente para tomar fotos. Las primeras veces me quejé: “necesitamos avanzar”, le dije, “tenemos que hacer la distancia hoy para poder llegar a Santiago a tiempo”. Luego me di cuenta que, sin la insistencia de mi esposa, me habría perdido las lindas vistas de los bosques de robles y castaños, los valles verdes y las viñas del valle sacro. En el trabajo muchas veces nos enfocamos en ser exitosos y ganar más dinero para poder vivir mejor. Sin embargo, hay que hacer una pausa de vez en cuando, hablar con tus compañeros de trabajo, aprovechar para viajar y conocer lugares nuevos. Si no haces las pausas en algún momento, cuando levantes la vista de tu computador, te vas a dar cuenta que la vida se te pasó mientras buscabas ser exitoso y ahora el éxito te sirve para poco.